lunes, 24 de agosto de 2009

Los nuevos modelos de negocio

El abandono de los modelos tradicionales abre nuevas oportunidades de éxito a las compañías; las empresas deben explotar en la actualidad factores como la innovación y la atención al cliente.
Por: Carlos Miguel Barber Kuri

Los nuevos modelos de negocio distan mucho de aquellos tradicionales que tuvieron lugar en el siglo pasado.
Posiblemente, inspirados por los nuevos cambios tecnológicos, la orientación al cliente, la innovación, la eficacia de los procesos productivos además de la conquista de un mercado cada vez mayor debido al crecimiento demográfico así como por la posibilidad de allegarse a ellos debido al rompimiento de las barreras arancelarias, de los nuevos tratados comerciales, de la constitución de los bloques económicos o bien por el continuo mejoramiento de los medios de comunicación, lo cierto es que los modelos de negocio también han tenido que progresar a fin de adaptarse al nuevo escenario que se les presenta.
Es así como el nuevo pensamiento empresarial está rompiendo con las viejas reglas establecidas; y ya no se pregunta: ¿cómo, cuándo y dónde?, sino más bien se pregunta ¿por qué?, e incluso, ¿por qué no?
La concepción actual que presentan los negocios pretende orientarse hacia una mayor atención al cliente, reconociendo que las oportunidades están en un entorno cada vez más veloz y competitivo, haciendo que el triunfo de una empresa esté ligado ahora no a las acciones convencionales sino a las no convencionales.
El éxito comienza en aquellas empresas que entienden que el trabajo es verdaderamente lo importante, y no así el empleo. Por ello, cada vez más se observa la disminución de los salarios vía nómina presentándose una tendencia hacia ingresos variables y por honorarios.
Los ejecutivos son testigos de que por lo que realmente se está pagando es por el valor agregado que sus contribuciones aportan a la empresa así como a las aportaciones tangibles que incluyan en los productos, bienes y/o servicios que la empresa ofrezca.
No cabe duda que el empleo formal cada vez más irá disminuyendo en la forma como la concebimos actualmente hasta llegar a ser "un lujo" para unos cuantos privilegiados, pero al mismo tiempo se abre la oportunidad de experimentar otros estilos de trabajo para aquellos que logren entender las nuevas vertientes que se presentan.
Por ello, Luigi Valdés citaba que "no se fueron los empleados los que se fueron sino los empleos", al referirse de aquellos puestos por nómina.
Por otro lado, ¿cuántas veces en una empresa se olvida el verdadero objetivo del trabajo para dedicarse a resolver cuestiones operativas, imprevistas o de urgencia, y no así lo estratégico e importante?
Pareciera que Pareto encontraría un ejemplo más para señalar que, en su famosa regla del 80-20, se hallan muchas empresas que destinan el 80% de su tiempo para realizar actividades no tan fructíferas mientras que en el restante 20% realmente los empleados hacen lo verdaderamente útil que genera valor.
Los nuevos modelos de negocio están orientando ya su forma de organización para evitar que esta problemática se presente, y al mismo tiempo, los empleados también son conscientes de que deben tomar decisiones sobre cómo llegar a las metas propuestas y como mejorar su rendimiento. De no ser así, la vida ejecutiva estaría en riesgo al buscar la empresa un nuevo reemplazo.
Por todo lo anterior, se puede concluir que el tema es tratar de hacer lo verdaderamente importante, dejando al lado lo superficial y todo aquello que reste o no le dé valor económico por parte del proceder ejecutivo. Pero esos sí, reconociendo que la única forma de soportar este objetivo es contando con los auténticos talentos de personal que presenten un liderazgo eficaz y de acción positiva, con iniciativa, creatividad y el conocimiento.
Es por esto que el concepto de lo que es el liderazgo se verá cada vez más requerido por las empresas que necesitan verdaderos estrategas y pensadores que den luz sobre cómo actuar y competir según las circunstancias.
Las metas, por su parte, deberán ser cada vez más retadoras pero viables.
El poder captar a un nuevo cliente será todo un éxito digno de ser celebrado. Al respecto, se "tendrá que pelear cliente por cliente con la competencia". Los nuevos modelos de negocio deberán orientar esfuerzos serios para sistematizar su metodología a fin de cumplir con este fin. El servicio al cliente deberá requerir del 100% de la empresa, e incluso, todos y cada uno de los niveles de la organización deberán estar orientados para este último fin.
Realmente será necesario contar con un personal que tenga el talento y la sensibilidad para adaptarse a estas nuevas circunstancias. Un personal que sea sensible y responsable, y además, que comparta los valores institucionales.
Al mismo tiempo, las organizaciones, al ser más esbeltas, contarán con pocos niveles de toma de decisión lo que ayudará a que los procesos sean cada vez más rápidos orientándose a hacer lo verdaderamente importante. Por ello, lo que bien citaba Peter Drucker al decir que "gran parte de lo que llamamos gerencia consiste en hacer que la gente tenga dificultades para realizar su propio trabajo", deberá modificarse, sensibilizando a la dirección y perfilando el estilo de liderazgo de cada uno de los responsables.
Finalmente, la única seguridad para un empleo, es una empresa competitiva. En todo momento, la empresa deberá velar por lograr y mantener su capacidad para posicionarse de manera ventajosa en un determinado contexto de mercado, y será necesario reconocer que la empresa se encuentra inserta en un mundo con economías cada vez más abiertas y accesibles, obligando a su organización de manera orgánica y no cerrada.
Los nuevos modelos de negocio deberán ser, por ende, dinámicos, adaptables, moldeables y muy creativos. Hoy en día, dicha vitalidad se demuestra no sólo en la habilidad para persistir sino también en la habilidad para recomenzar.
El mundo empresarial dejará de ser para los más grandes y fuertes, y poco a poco, habrá mayores oportunidades para aparecer y sobrevivir, de aquellas empresas que sean más flexibles y rápidas para reaccionar.
*El autor es vicerrector académico de la Universidad Anáhuac México Sur. El texto fue dirigido por la MBA Liliana Ruíz Fuentes.

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