domingo, 23 de septiembre de 2012

Hay que mejorar, no revolucionar

Hay que mejorar, no revolucionar:

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Puede que el título suene un poco extraño, pero es una realidad que desde hace algún tiempo venimos sufriendo los androides. Si bien sabemos que a todos nos gusta tener un teléfono con lo último de lo último de lo ultimísimo, es verdad que a veces nos cegamos en querer dichas características aunque no estén optimizadas y, con un poco menos, hagamos el mismo trabajo o, en algunos casos, mejor.



A los fabricantes se les está yendo la pinza, y a nosotros con ellos. No quiero llevar el artículo a un tono de alarmismo social y tecnológico, pero por lo que veo últimamente, no estaría de más pararse y reflexionar un poco sobre qué nos están vendiendo y, quizás más importante, sobre qué estamos comprando.



Hace no mucho, salió el Galaxy S3. Todo un telefonazo Android con Ice Cream Sandwich y que se disponía a romper el mercado de smartphones, como ya había hecho Samsung con los anteriores Galaxy S, Galaxy S2 o Galaxy ACE (en España los hay a punta pala). Aunque parezca descabellado, no me gusta el nuevo Galaxy. Si bien estamos hablando de un bonito terminal, aparte de su acabado y sus excelentes pantalla y cámara, ¿Qué más me ofrece? ¿Un potente procesador? Es verdad que va fluido y rápido pero en cuanto le das caña durante un tiempo, se ralentiza como todos. Y no es debido a que el motor no tire, sino a que Samsung y su manía de implementar TouchWiz, es un lastre para el sistema. Y éso es tan real como que cuando cambiamos de ROM y probamos una MIUI, Cyanogen, o cualquier otra custom que haya sido casi reescrita por completo, se abre un nuevo mundo androide para nosotros.



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No es problema de Samsung el querer vender más y más. Cada dos días, una nueva compañía saca un nuevo terminal con más megapíxeles de cámara y más resolución para la grabación en vídeo. Otra, saca un nuevo dispositivo con un procesador con más núcleos y más memoria RAM. Y otra, se olvida de estas cosas y amplía la batería dejando de lado todo lo demás.



No es culpa de ellos querer vender. Porque vender, venden. Si no fuera así, no llevarían a cabo esa política. Quizás la culpa es nuestra por comprar sin fijarnos demasiado. Por querer tener lo último de lo último sin que ello se adapte a nosotros y nuestras necesidades. Porque “lo tiene todo el mundo” y por ello tiene que ser el mejor, aunque no sea el caso.



Quizás si pidiéramos que los fabricantes optimizaran y mejoraran sus dispositivos en vez de intentar revolucionar un mercado casi saturado, nuestros dispositivos y el uso que hacemos de ellos mejorarían enormemente. Si LG sacase dispositivos más optimizados para Android y los actualizase cuando debe, no tendría un margen de ventas cada vez menor. Si HTC quitara el Sense y lo dejara a elección del usuario, quizás mejorara sus ventas. O, incluso, si Google mejorara el código de Android en vez de sacar una versión tras otra dificultando a los fabricantes y a nosotros el disfrute del sistema con tanta actualización, mejoraría enormemente la experiencia de usuario.



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Mi GalaxyS (i9000 de 6GB), con el cuál estoy contentísimo (gracias CM9), me llegó con Eclair allá por junio de 2010. Desde entonces lo he actualizado innumerables veces. Desde Android 2.1 pasé a Froyo 2.2 y de ahí a 2.2.1. Luego 2.3 Gingerbread y 2.3.3, 2.3.4, 2.3.6. Y así hasta ahora, que disfruto de Ice Cream Sandwich (4.0.4). Y claro, no descarto poner Jelly Bean en un futuro, cuando todo esté más asentado. Pero a veces me pregunto para qué. Si bien el paso de Eclair a Froyo fue un gran salto, las demás actualizaciones no nos han dado grandísimas novedades. Excepto, claro está, correción de errores, soporte nativo para muchas tecnologías (NFC, VoIP, sensores, stylus, MKV…) y la unificación de la interfaz entre smartphones y tablets.



Si bien Google debe ponerse las pilas y optimizar al máximo posible Android (cambiando el código a C, por ejemplo), los fabricantes deben salir de la tendencia que llevan hasta ahora. No tengo la necesidad de comprar un GalaxyS3, un RARZ MAXX o un ONE X. Mi teléfono aún no está acabado, y ese momento llegará el día que Android dé un salto tan grande que sus especificaciones no puedan manejarlo, o que mis necesidades cambien. Aunque, por ahora, están del todo cubiertas.





¿Para qué queremos una cámara de 8Mpx si la nuestra de 5Mpx ya hace todo lo que necesitamos? ¿Para qué grabar en HD1080p si ya podemos grabar vídeos en HD720p y disfrutamos de la misma manera?* ¿Para qué necesitamos cuatro núcleos con 2GB de RAM si con dos núcleos y 1GB nos va que chuta?



Es verdad que, como dije antes, los fabricantes deben ponerse las pilas en mejorar lo que ya tenemos, en lugar de buscar revolucionar el mercado con más núcleos y más y más megapíxeles. Google debería mejorar el código y ser más duro con éstos. El Nexus es el estandarte de Android, y no puede quedar relegado a un puesto inferior detrás de tanto smartphone puntero.



En definitiva, señores dirigentes (si me leen), hagan mejores teléfonos, mejoren la duración y gestión que el sistema hace de la batería, dejen las personalizaciones lo más livianas posible, usen materiales más fuertes para los smartphones, mejoren los sensores de las cámaras en vez de subir tanto los megapíxeles y actualicen lo vendido, por favor.



Y a nosotros, los usuarios, sólo nos queda comprar con cabeza. Ni todo lo más grande es lo mejor, ni todo lo más caro tampoco. Como decía uno de mis profesores de electrónica: “Calidad es adecuación al uso“; y por ello digo que hay que comprar calidad. Y éso no es otra cosa que comprar lo que mejor se adapta a nuestras necesidades y usos diarios. Puede que todos queramos tener el bicho más potente, pero si compramos un BMW, luego no nos quejemos de que consume mucha gasolina o de que tenemos que pagar muchas, o muy altas, letras, cuando con un 1200cc nos daba y sobraba.

*Que sí, que a mí también me encanta grabar a 1080p y entiendo la diferencia que hay. Pero no todos somos conocedores de las diferencias existentes entre las dos resoluciones y no a todos les importa tanto dicha diferencia.


Aitor Santana para el androidlibre

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