Entrando directamente al grano, para intentar ofrecer una visión clara de un tema, del que todos los que usamos un teléfono con Android, oiremos tarde o temprano hablar, empezaremos por decir que a pesar de ser Android una plataforma “open-source” (de código abierto para el que no se maneje muy bien con el inglés), tanto el fabricante, como el distribuidor incluso el propio Google, establecen ciertas “barreras” para que no accedas a todos los rincones de tu dispositivo.
De cualquier forma hay varias razones por las que deberías al menos valorar la opción de ser “root” en tu teléfono y desbloquear así el acceso al núcleo del sistema operativo.
En mi opinión la ventaja principal, es que al ser Root podrás instalar ROM´s personalizadas de Android ( se les suele llamar así porque reemplazan a los datos escritos en la memoria ROM de tu teléfono), básicamente consisten en versiones “tuneadas” de Android que añaden velocidad, estabilidad y nuevas funcionalidades a tu teléfono, incluso en ocasiones tratándose de un modelo “obsoleto” olvidado por el fabricante o el operador. Un ejemplo de esto, es la opción de instalar aplicaciones en la memoria SD de tu teléfono en lugar de en el dispositivo, que no llegó a Android hasta la versión 2.2 (Froyo), aunque en algunas Roms estaba disponible desde mucho antes.
Tener Acceso Root, también permite que nuestro dispositivo ejecute algunas aplicaciones que requieren un acceso más profundo al hardware del teléfono, lo cual nos dará también la posibilidad de añadir Widgets personalizados o interfaces de usuario de otros fabricantes de teléfonos.
¿CUALES SON LOS INCONVENIENTES?
Pues antes de tomar la decisión, debes tener en cuenta una serie de consideraciones muy importantes, para empezar, lo primero que debemos pensar es que teóricamente, estás realizando una modificación del dispositivo que no le gusta nada al fabricante del dispositivo y aún menos al operador de telefonía (sobre todo si ha financiado parte del precio del teléfono) por lo que, la consecuencia inmediata es que perderías la garantía del teléfono (esto tampoco debe echarte muy atrás porque se puede hacer una copia de seguridad de la configuración ” de fábrica” para volver a este estado en caso de necesidad).
El segundo riesgo a tener en cuenta (y me atrevo decir que el principal) es el de “brickear” el teléfono, que es un anglicismo que proviene de brick, ladrillo en inglés, por lo que es un término muy descriptivo en sí mismo, si algo va mal existe la posibilidad de transformar tu teléfono móvil en un ladrillo inservible, aunque no seamos alarmistas, esto rara vez pasa, es difícil dar con una combinación de circunstancias que hagan que el teléfono quede inservible, aunque la posibilidad, existe, no la podemos obviar.
Además desde el momento que un teléfono es “rooteado” pues nosotros pasamos a ser los controladores reales del teléfono, por lo que perdemos la posibilidad de tener actualizaciones automáticas, aunque esto tampoco debe preocuparnos porque si somos root podremos instalar las nuevas versiones varios meses antes de que nos lleguen por medio de nuestro operador.
¿COMO CONSIGO SER ROOT?
Bien, si damos el paso, pues debemos tener claro que no hay una forma “universal” de tener acceso root al teléfono, dependerá del dispositivo que se trate, la versión de Android, y la utilización de un programa u otro, simplemente si nos decidimos a dar el paso, debemos emplear un poco de nuestro tiempo, en informarnos y leer un poco en los foros, un buen comienzo será poner en Google la palabra “roo” + Modelo de nuestro teléfono. Sólo un último consejo, antes de realizar cualquier acción, es bastante recomendable hacer una copia de seguridad de los datos, las aplicaciones y los contactos de nuestro teléfono, usando por ejemplo la aplicación “Astro” o “MyBackup Pro”, aunque sin lugar a dudas mi preferida es “Titanium Backup” aunque es tan buena que necesita que seas root para poder utilizarla (otro motivo más).
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