¿Qué es más importante a la hora de resolver un problema de forma creativa? ¿El proceso, el equipo o el espacio donde todo esto está sucediendo? ¿Cuál de estos factores es más relevante?
Cuando entras en una sala por primera vez para trabajar, la decoración, el interiorismo, la disposición de los elementos… inmediatamente te transmiten una u otra energía. A ti y a todos los miembros del equipo.
En cuestión de segundos puedes sentirte abrumado por un espacio lineal, cerrado y obtuso… o todo lo contrario. Quizá algunas personas piensen que encontrar un espacio inspirador, creativo y apropiado para dar rienda suelta a la creatividad no es relevante, pero estoy segura de que para su cerebro no pasa inadvertido.
Desarrollar tu trabajo en la primera opción no es imposible, pero es un reto añadido. Desarrollarlo en una sala inspiradora crea el clima necesario para que el propio proceso fluya de forma natural y facilite la comunicación entre el equipo.
No es casualidad que compañías como Virgin, Lego, Walt Disney o Dreamworks den especial importancia al diseño de sus oficinas. Espacios diseñados para que los empleados se sientan cómodos desarrollando diferentes actividades, gracias a la adaptación de esos espacios a sus necesidades.
Espacios más creativos para estimularse, otros más tranquilos para poder meditar, espacios más diáfanos en caso de que lo que se quiera favorecer sea la comunicación o espacios que te permitan privacidad siempre que la necesites.
No me refiero a oficinas cool. Me refiero a espacios diseñados para la gente que los va a vivir y para el tipo de trabajo que se va a desarrollar en su interior. ¿Cómo es posible que una gran compañía no tenga salas para idear pero tenga una recepción estupenda?
¿Por qué no se le da importancia al diseño de los espacios y se piensa que es un gasto superfluo que sólo se pueden permitir compañías trendy? ¿Por qué se estandarizan los espacios y no se tienen en cuenta las necesidades de las personas que trabajan allí? ¿Realmente cuesta más un buen diseño que un mal diseño? Lo dudo mucho.
Ahora, lo que sí que tengo claro es que el diseño del espacio debería ser una cuestión estratégica. Todas las compañías tendrían que tener en cuenta las necesidades de sus empleados no sólo en términos de confort —los cuales son importantísimos—, sino también en términos de brindarles la capacidad para desarrollar su trabajo de la mejor manera posible.
Estoy convencida de que los resultados de los proyectos, el clima laboral y la satisfacción general de los empleados cambiaría drásticamente. Te animo a que si no tienes un espacio propicio para este tipo de actividades sólo rediseñes una sala para hacer la prueba. Te sorprenderás.
Carmen Bustos es socia fundadora de Soulsight.
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