Si bien todavía no hay universalmente una definición única sobre qué se entiende por RSE, todos coinciden en que se trata de un interés que produce beneficio por la comunidad y que genera cambios en los resultados finales de la propia empresa.
El concepto propuesto por la Organización Internacional de Trabajo por ejemplo dice que “El concepto de la RSE nace junto con la noción de empresa moderna. Hace referencia a una nueva manera de hacer negocios, en la cual las empresas tratan de encontrar un estado de equilibrio entre la necesidad de alcanzar objetivos económicos, financieros y de desarrollo; y el impacto social o ambiental de sus actividades.”
Lo importante es comprender que la RSE no se trata fundamentalmente del desarrollo de actividades sociales, o asistencia social, o filantropía (las cuales dependiendo del contexto de cada país son siempre válidas y necesarias). La RSE trata del desarrollo de una nueva estrategia de la empresa que se complementa con su modelo de negocios y que refleja sus valores.
¿Por qué tener una estrategia de RSE?
Los programas de RSE que se hacen bajo un programa integral de RSE son una inversión que fortalece a mediano – largo plazo la reputación de la empresa porque generan en sus diferentes públicos (grupos de interés) mayor credibilidad. No hay beneficios económicos inmediatos. Se trata de la sustentabilidad del negocio a largo plazo
y de la responsabilidad que tiene cada uno por el lugar que ocupa en la comunidad. Mejora la comunicación y la credibilidad ante sus grupos de interés tanto internos como externos.
El éxito de la RSE se basa mucho en el diálogo con sus grupos de interés internos y externos con el objeto de colaborar en la creación de valor y así conocer las expectativas de ellos, anticipar riesgos y re-direccionar las actividades que ya se venían desarrollando.
La RSE es una manera de hacer negocios que debe transformarse como pauta cultural de la empresa, dentro de sus misiones y valores y tenida en cuanta en todas las decisiones de cada área, desde finanzas a producción. Estudios fundamentados dejan en claro que las acciones aisladas y sin continuidad tienen al final poca repercusión y terminan siendo solo un gasto. La RSE debe ser sustentable en el tiempo ya que los consumidores y la sociedad perciben con cierta claridad “QUIEN es QUIEN” independientemente de las campañas publicitarias que se hagan.
Desde el momento en el que una empresa decide elaborar un REPORTE SOCIAL informando sus valores, políticas, su estrategia de RSE, sus números económicos, laborales, sociales y medioambientales, adquiere el compromiso de aumentar la transparencia de su gestión e ir informando anualmente los resultados, ya sean mejores o iguales o peores que los de los años anteriores. A veces, esa transparencia se completa y se legitima cuando la empresa decide que la información plasmada en el reporte sea legitimada por una tercera parte independiente (auditor).
En general todos coinciden en que el concepto de Responsabilidad Social Empresaria hace referencia a una nueva manera de hacer negocios, en la cual las empresas tratan de encontrar un estado de equilibrio entre la necesidad de alcanzar objetivos económicos, financieros y de desarrollo con el impacto social o ambiental de sus actividades.
De alguna manera, estamos frente a un nuevo contexto en el cual las empresas deben sostener y exhibir la ética como parte integrante e indiscutida de su comportamiento empresarial para poner en marcha políticas y acciones que penetren, transversal y sistemáticamente, en todos los ámbitos de su negocio: laboral, económico y social, atendiendo tanto el largo plazo como su carácter sustentable.
Dentro del área de RSE, entonces es claro que no sólo estarán incluidos los programas con la comunidad, sino todo lo que tiene que ver con su relación con sus grupos de interés internos (empleados, accionistas) y con sus demás públicos externos (clientes, proveedores, administración pública, inversionistas, asociaciones, medios etc)
El rol de la COMUNICACIÓN en la RSE
“Si un árbol se cae en el bosque, y nadie lo ve ni lo oye…¿se cayó?”
A partir de esta parábola podemos reflexionar sobre la importancia de la comunicación de la RSE: para que la RSE sea competitiva debe informarse a todos sus grupos de interés. Los grupos de interés, receptores de la
comunicación, van a guiarse por lo que perciben, lo que comprenden y lo que recuerden de esa comunicación. Por eso, la comunicación empresaria de la RSE es una estrategia de confianza y para esto hay que trabajar mucho dentro de la empresa. Para que haya espíritu de trabajo conjunto, para que los programas de RSE sean estructurados y compartidos por los empleados de la empresa. Es decir, que lo que se comunique hacia fuera, emerja del trabajo realizado en equipo desde adentro.
La aplicación de una política de RSE que se integre a la gestión del negocio de la empresa y que sea comunicada a todos sus grupos de interés tiene varios beneficios, que se darán a mediano – largo plazo, entre los cuales podemos citar los siguientes:
Genera en sus diferentes grupos de interés mayor credibilidad y confianza,
Mejora la reputación y por lo tanto, la sustentabilidad del negocio,
Incrementa la lealtad, el sentido de pertenencia y el sentido de compromiso
de los empleados,
Potencia la lealtad de clientes y/o consumidores,
Genera confianza en sus accionistas,
Responde a las demandas de información de inversores,
Muestra competitividad y eficiencia empresarial,
Integra en un mismo enfoque de RSE a los diferentes departamentos de la empresa.
El concepto propuesto por la Organización Internacional de Trabajo por ejemplo dice que “El concepto de la RSE nace junto con la noción de empresa moderna. Hace referencia a una nueva manera de hacer negocios, en la cual las empresas tratan de encontrar un estado de equilibrio entre la necesidad de alcanzar objetivos económicos, financieros y de desarrollo; y el impacto social o ambiental de sus actividades.”
Lo importante es comprender que la RSE no se trata fundamentalmente del desarrollo de actividades sociales, o asistencia social, o filantropía (las cuales dependiendo del contexto de cada país son siempre válidas y necesarias). La RSE trata del desarrollo de una nueva estrategia de la empresa que se complementa con su modelo de negocios y que refleja sus valores.
¿Por qué tener una estrategia de RSE?
Los programas de RSE que se hacen bajo un programa integral de RSE son una inversión que fortalece a mediano – largo plazo la reputación de la empresa porque generan en sus diferentes públicos (grupos de interés) mayor credibilidad. No hay beneficios económicos inmediatos. Se trata de la sustentabilidad del negocio a largo plazo
y de la responsabilidad que tiene cada uno por el lugar que ocupa en la comunidad. Mejora la comunicación y la credibilidad ante sus grupos de interés tanto internos como externos.
El éxito de la RSE se basa mucho en el diálogo con sus grupos de interés internos y externos con el objeto de colaborar en la creación de valor y así conocer las expectativas de ellos, anticipar riesgos y re-direccionar las actividades que ya se venían desarrollando.
La RSE es una manera de hacer negocios que debe transformarse como pauta cultural de la empresa, dentro de sus misiones y valores y tenida en cuanta en todas las decisiones de cada área, desde finanzas a producción. Estudios fundamentados dejan en claro que las acciones aisladas y sin continuidad tienen al final poca repercusión y terminan siendo solo un gasto. La RSE debe ser sustentable en el tiempo ya que los consumidores y la sociedad perciben con cierta claridad “QUIEN es QUIEN” independientemente de las campañas publicitarias que se hagan.
Desde el momento en el que una empresa decide elaborar un REPORTE SOCIAL informando sus valores, políticas, su estrategia de RSE, sus números económicos, laborales, sociales y medioambientales, adquiere el compromiso de aumentar la transparencia de su gestión e ir informando anualmente los resultados, ya sean mejores o iguales o peores que los de los años anteriores. A veces, esa transparencia se completa y se legitima cuando la empresa decide que la información plasmada en el reporte sea legitimada por una tercera parte independiente (auditor).
En general todos coinciden en que el concepto de Responsabilidad Social Empresaria hace referencia a una nueva manera de hacer negocios, en la cual las empresas tratan de encontrar un estado de equilibrio entre la necesidad de alcanzar objetivos económicos, financieros y de desarrollo con el impacto social o ambiental de sus actividades.
De alguna manera, estamos frente a un nuevo contexto en el cual las empresas deben sostener y exhibir la ética como parte integrante e indiscutida de su comportamiento empresarial para poner en marcha políticas y acciones que penetren, transversal y sistemáticamente, en todos los ámbitos de su negocio: laboral, económico y social, atendiendo tanto el largo plazo como su carácter sustentable.
Dentro del área de RSE, entonces es claro que no sólo estarán incluidos los programas con la comunidad, sino todo lo que tiene que ver con su relación con sus grupos de interés internos (empleados, accionistas) y con sus demás públicos externos (clientes, proveedores, administración pública, inversionistas, asociaciones, medios etc)
El rol de la COMUNICACIÓN en la RSE
“Si un árbol se cae en el bosque, y nadie lo ve ni lo oye…¿se cayó?”
A partir de esta parábola podemos reflexionar sobre la importancia de la comunicación de la RSE: para que la RSE sea competitiva debe informarse a todos sus grupos de interés. Los grupos de interés, receptores de la
comunicación, van a guiarse por lo que perciben, lo que comprenden y lo que recuerden de esa comunicación. Por eso, la comunicación empresaria de la RSE es una estrategia de confianza y para esto hay que trabajar mucho dentro de la empresa. Para que haya espíritu de trabajo conjunto, para que los programas de RSE sean estructurados y compartidos por los empleados de la empresa. Es decir, que lo que se comunique hacia fuera, emerja del trabajo realizado en equipo desde adentro.
La aplicación de una política de RSE que se integre a la gestión del negocio de la empresa y que sea comunicada a todos sus grupos de interés tiene varios beneficios, que se darán a mediano – largo plazo, entre los cuales podemos citar los siguientes:
Genera en sus diferentes grupos de interés mayor credibilidad y confianza,
Mejora la reputación y por lo tanto, la sustentabilidad del negocio,
Incrementa la lealtad, el sentido de pertenencia y el sentido de compromiso
de los empleados,
Potencia la lealtad de clientes y/o consumidores,
Genera confianza en sus accionistas,
Responde a las demandas de información de inversores,
Muestra competitividad y eficiencia empresarial,
Integra en un mismo enfoque de RSE a los diferentes departamentos de la empresa.
Fuente:http://www.reportesocial.com/Responsabilidad4.htm
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