viernes, 11 de septiembre de 2020

¿Puede la inteligencia artificial acabar con las noticias falsas?

 Las 'fake news' han avivado las llamas de la desconfianza hacia los medios, la política y las instituciones establecidas en todo el mundo. Y aunque las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA) pueden empeorar las cosas, también se pueden utilizar para combatir la desinformación.


Tom Cassauwers

¿Quieres sonar como Obama? En el pasado, eso podría haber requerido imitar físicamente su voz. E incluso si fueras muy bueno en eso, es casi seguro que no representaría un peligro para nuestra democracia. Pero la tecnología ha cambiado esto. Ahora puedes hacer que cualquier persona diga cualquier cosa con facilidad y precisión a través de la IA. Simplemente hay que utilizar el servicio de un programa online para grabar una oración y escucharlo con la voz de una persona famosa.

Los programas como este a menudo se denominan falsificaciones profundas: sistemas de inteligencia artificial que adaptan audio, imágenes y vídeos para que la gente diga y haga cosas que nunca hizo.

Estas tecnologías podrían iniciar una nueva era de noticias falsas y desinformación en la red. En 2017, Hany Farid, un científico informático del Dartmouth College, EE. UU., que detecta vídeos falsos, dijo que la rápida proliferación de nuevas técnicas de manipulación ha llevado a una "carrera armamentista". Imagínense cómo serán las elecciones cuando ya no podamos confiar en el vídeo y el audio. Pero algunos investigadores ahora están contraatacando y mostrando que la IA también se puede usar para el bien.

"La IA tiene muchos problemas éticos", comentó Francesco Nucci, director de investigación de aplicaciones del Grupo de Ingeniería, con sede en Italia. “Pero a veces también puede ser la solución. Puede utilizar la IA de formas poco éticas para, por ejemplo, crear y difundir noticias falsas, pero también puede utilizarla para hacer el bien, por ejemplo, para combatir la desinformación ".

Verificadores de hechos

Es el investigador principal del proyecto Fandango, cuyo objetivo es precisamente este. El equipo está creando herramientas de software para ayudar a los periodistas y verificadores de hechos a detectar y combatir las noticias falsas, dice Nucci. Esperan servir a los periodistas de tres maneras.

El primer componente es lo que Nucci llama detección independiente del contenido mediante el uso de herramientas que apuntan a la forma del contenido.

Nucci explica que hoy en día, las imágenes y los vídeos se pueden manipular fácilmente, ya sea mediante un simple Photoshop o técnicas más complejas como las falsificaciones profundas. Los sistemas de Fandango pueden aplicar ingeniería inversa a esos cambios y utilizar algoritmos para ayudar a los periodistas a detectar contenido manipulado.

A medida que estas herramientas miran la forma, no comprueban si el contenido en sí hace afirmaciones falsas, que es lo que hace la segunda línea de investigación de Fandango. Aquí enlazan historias que han sido probadas como falsas por verificadores de hechos humanos y buscan páginas en línea o publicaciones en redes sociales con palabras y afirmaciones similares.

"Las herramientas pueden detectar qué noticias falsas comparten la misma raíz y permitir que los periodistas las investiguen", aclara Nucci.

Ambos componentes dependen en gran medida de varios algoritmos de inteligencia artificial, como el procesamiento del lenguaje natural. El tercer componente permite a los periodistas responder a noticias falsas.

Una historia falsa podría, por ejemplo, afirmar que un porcentaje muy alto de delitos en un país europeo es cometido por inmigrantes extranjeros. En teoría, esa podría ser una afirmación fácil de refutar debido a la gran cantidad de datos abiertos disponibles, pero los periodistas pierden un tiempo valioso en encontrar esos datos. Por tanto, la herramienta de Fandango vincula todo tipo de fuentes de datos abiertos europeos, las agrupa y visualiza. Los periodistas pueden utilizar, por ejemplo, datos nacionales agrupados para abordar denuncias sobre delitos o aplicar datos de los satélites europeos del programa Copérnico a los debates sobre el cambio climático.

"De esta manera, los periodistas pueden responder rápidamente a historias falsas y no perder el tiempo", expone el experto.

Actualmente, sus herramientas están siendo probadas por la emisora ​​pública belga VRT, ANSA, la principal agencia de noticias italiana, y CIVIO, una organización española sin ánimo de lucro.

 

Detección de noticias falsas

Sin embargo, detectar noticias falsas podría no solo ser una cuestión de encontrar afirmaciones falsas, sino también de analizar cantidades masivas de patrones para compartir en las redes sociales, dice Michael Bronstein, profesor de la Universidad de Lugano en Suiza y del Imperial College de Londres, Reino Unido.

Dirige un proyecto llamado GoodNews, que utiliza inteligencia artificial para adoptar un enfoque atípico de detección de noticias falsas.

"La mayoría de los enfoques existentes analizan el contenido", dijo el profesor Bronstein. “Analizan las características semánticas que son características de las noticias falsas. Lo cual funciona hasta cierto punto, pero se encuentra con todo tipo de problemas.

"Existen, por ejemplo, barreras de idioma, plataformas como WhatsApp no ​​te dan acceso al contenido porque está encriptado y, en muchos casos, las noticias falsas pueden ser una imagen, que es más difícil de analizar usando técnicas como el procesamiento del lenguaje natural".

Así que el profesor Bronstein y su equipo le dieron la vuelta a este modelo y, en cambio, observaron cómo se difunden las noticias falsas.


Esencialmente, estudios previos muestran que las noticias falsas se comparten en internet de diferentes maneras que las noticias reales, dice el profesor Bronstein. Las noticias falsas pueden tener muchas más acciones que me gusta en Facebook, mientras que las publicaciones regulares tienden a tener más me gusta que acciones. Al detectar patrones como estos, GoodNews otorga un puntaje de credibilidad a una noticia.

El equipo ha construido su primer prototipo, que utiliza aprendizaje automático basado en gráficos, una técnica de inteligencia artificial en la que el profesor Bronstein es un experto. El prototipo se entrena con datos de Twitter, donde los investigadores rastrean historias verificadas por periodistas y que han demostrado ser falsas. De esta manera, los periodistas entrenan el algoritmo de IA mostrándole qué historias son falsas y cuáles no.

El equipo de GoodNews espera monetizar este servicio a través de una start-up llamada Fabula AI, con sede en Londres. Aunque esperan lanzar el producto a finales de año, prevén tener clientes como grandes empresas de medios como Facebook y Twitter, pero también usuarios individuales.

"Nuestra visión más amplia es que queremos convertirnos en una agencia de calificación de credibilidad para las noticias, de la misma manera que ciertas empresas califican la calificación crediticia del consumidor de una persona", explica Bronstein.

 

Resolver el problema

Por supuesto, eso deja una pregunta más importante: ¿puede la tecnología realmente resolver las noticias falsas? Ambos investigadores son escépticos, pero están convencidos de que la tecnología puede ayudar. Nucci enfatiza que el concepto de noticias falsas es controvertido y que las historias a menudo no son del todo ciertas, pero tampoco del todo falsas.

"Las noticias falsas no son una cuestión matemática de algoritmos y datos", dijo. “Pero sí una cuestión muy filosófica de cómo tratamos con la verdad. Sin embargo, nuestra tecnología puede ayudar a mejorar la transparencia en torno a las declaraciones falsas y la información errónea ".

El profesor Bronstein dice que sería ingenuo esperar que la tecnología resuelva el problema de las noticias falsas.

“No se trata solo de detectar noticias falsas. También es un problema de confianza y falta de pensamiento crítico. La gente está perdiendo la confianza en las instituciones y los medios tradicionales, y eso no es algo que pueda mitigarse solo a través de la tecnología ”.

"Requiere el esfuerzo de todas las partes interesadas y, con suerte, nuestro proyecto puede participar en este esfuerzo mayor", concluye.



miércoles, 9 de septiembre de 2020

¿Qué es la estupidez?

 por           Imagen: 'Demócrito' (J. Moreelse) W. Commons



Digámoslo así: todos cometemos estupideces. Todos somos estúpidos en un grado mayor o menor. Una vida sin tonterías sería demasiado aburrida, al fin y al cabo. Quizás, discurrir sobre la estupidez sea también una soberana necedad. Pero…

Un mundo estúpido

Si la Humanidad se halla en un estado deplorable, repleto de penurias, miseria y desdichas es por causa de la estupidez generalizada, que conspira contra el bienestar y la felicidad.

La estupidez es la forma de ser más dañina. Es peor aún que la maldad, porque al menos el malvado obtiene algún beneficio para sí mismo, aunque sea a costa del perjuicio ajeno. Nos lo decía el historiador Carlo Cipolla en la Tercera ley fundamental (ley de oro) de la estupidez:

“Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio”.

Llorar o reír

Ante la estupidez, podríamos lamentarnos como hacía Heráclito respecto a la vana condición humana. Pero resulta sin duda más reconfortante una mirada humorística, como la de Demócrito de Abdera.

El filósofo Séneca precisaba en su tratado De la ira: “Uno reía nada más mover los pies y sacarlos de casa, el otro, por el contrario, lloraba”. Es lo que vemos reflejado en el lienzo del pintor Johannes Paulus Moreelse: Demócrito, el filósofo riente; Heráclito, el plañidero.



El filósofo lloroso (Heráclito), atribuido a Johannes Moreelse. Wikimedia Commons / National Trust

Michel de Montaigne señalaba en sus Ensayos que prefería ese semblante risueño y burlón, “porque es más desdeñoso, y nos condena más que el otro, y me parece que jamás podemos sufrir tanto desprecio como merecemos”.

Ahora bien, ¿qué se puede entender por estupidez?

La estrechez mental

En 1866, el filósofo Johann Erdmann definió la “forma nuclear de la estupidez”. La estupidez se refiere a la estrechez de miras. De ahí la palabra mentecato, privado de mente. Estúpido es el que sólo tiene en cuenta un punto de vista: el suyo. Cuanto más se multipliquen los puntos de vista, menor será la estupidez y mayor la inteligencia.

Es por ello que los griegos inventaron la palabra idiota: el que considera todo desde su óptica personal. Juzga cualquier cosa como si su minúscula visión del mundo fuera universal, la única defendible, válida e indiscutible.

El egoísmo intelectual

El estúpido padece egoísmo intelectual. El estúpido es tosco y aun así fanfarrón. Niega la complejidad y difunde su simplicidad de forma dogmática. Opina sobre todo como si estuviese en posesión de la verdad absoluta. Es un ciego que se cree clarividente.

A través de la filosofía tratamos de valorar otros puntos de vista. Luchamos contra el embrutecimiento. Ampliamos horizontes y ponemos en cuestión nuestro comportamiento y manera de pensar.

De esta forma se intenta atenuar la estupidez: al ejercitar la duda y la autocrítica. Al dejar de enfrascarnos en nuestra propia imagen, como ocurría en el mito de Narciso. El estúpido está enamorado de sí mismo e ignora todo lo demás. Incluso lo desprecia con autosuficiencia.


Narciso (Caravaggio, 1594-1596). Wikimedia Commons / Galleria Nazionale d’Arte Antica, Roma.

El totalitarismo de la estupidez

En 1937, el poeta Robert Musil retomó la cuestión sobre la estupidez. En pleno auge de corrientes totalitarias, nos recordaba “la barbarización de las naciones, Estados y grupos ideológicos”.

La estupidez se parece al progreso, a la civilización. Brota no sólo de un Yo exacerbado, sino de un Nosotros acrecentado y envanecido. La estulticia es altamente contagiosa y se alimenta de grandes ideales difusos, de lugares comunes, de proclamas simplistas: todo es negro o todo es blanco.

El único punto de vista legítimo es el de un grupo social determinado, el de una facción concreta: la nuestra. La estupidez se emparenta con la intolerancia y la ausencia de diálogo. Es un hermetismo mental y gregario. Se expande mediante consignas engreídas y sin fundamento, coreadas en un clamor colectivo esperpéntico.







Escena de La vida de Brian (Jones, 1979).

La estupidez funcional

Todos en algún momento podemos ser estúpidos ocasionales. Pero lo que distingue al obcecado funcional, según Musil, es la incapacidad permanente para apreciar lo significativo. ¿Qué es importante y qué no?

En su presunción, el estúpido se obstina con tozudez en lo baladí y accesorio. Es inepto a la hora de jerarquizar prioridades. Como sugería Nietzsche, la estupidez más común consiste en olvidar nuestro propósito.

Se trataría de discernir con rigor y exactitud las complejidades de la vida. Pero las majaderías se extienden con la rapidez del pánico. Podría decirse que hoy en día se viralizan como la pólvora. Adivine usted a qué me refiero…

Uno de los remedios contra la estupidez es la modestia. Así, es inteligente cuestionar lo que uno hace y piensa. Quien vive en el “quizás” en lugar de en las afirmaciones rotundas y contundentes, se aleja de las memeces. Quizás lo que creemos inteligente no sea más que una sandez. Era la duda que planteaba Erasmo de Rotterdam.

Y una buena cura de humildad es la risa inteligente. De Aristófanes y Luciano de Samósata a Jonathan Swift, Mark Twain o Groucho Marx, satirizar la estupidez de nuestra vida siempre es un ejercicio de buen entendimiento. Nos hace ver que las convenciones sociales son en muchos casos absurdas y lerdas.



Escena de El conflicto de los Marx (Heerman, 1930).

La pregunta fundamental

Para concluir, quizás usted dirija sus invectivas hacia ciertos grupos sociales o personas. Pero piense que la estupidez puede afectar sin distinción a cualquier persona.

Hay estúpidos en la misma proporción en todos los estratos económicos y culturales, corrientes políticas y geografías. O incluso podría usted pensar que yo mismo adolezco de una estupidez envanecida. Y no le faltaría razón.

La cruzada contra la estupidez está perdida de antemano. Decía Albert Camus en La peste que “la estupidez siempre insiste”.

Puede ser que tuviésemos que formular cada cierto tiempo, como hacía el escritor Giovanni Papini, la pregunta fundamental para acabar de una vez con la estupidez (al menos funcional): ¿soy un imbécil?

“¿Y si estuviese equivocado? ¿Si fuese uno de aquellos necios que toman las sugerencias por inspiraciones, los deseos por hechos? […] Sé que soy un imbécil, advierto que soy un idiota, y esto me diferencia de los idiotas absolutos y satisfechos”.

 Via: yorokobu.es



viernes, 4 de septiembre de 2020

¿Dónde está el olivo más viejo del mundo que todavía produce aceitunas?

 ¿Dónde está el olivo más viejo del mundo que todavía produce aceitunas?

El considerado como uno de los olivos más antiguos del mundo se encuentra en la isla griega de Creta, en el pueblo de Ano Vouves. Aunque no se puede determinar su edad exacta, estiman que tiene 4.000 años de antigüedad.

Los olivos son árboles hermosos, majestuosos y productores de aceite, el cual proviene del jugo de la oliva. Originario de Asia Menor, se cultiva desde la antigüedad en toda la cuenca mediterránea. Pero, ¿dónde está el olivo más viejo del mundo que todavía produce preciadas aceitunas? Para contemplar su belleza fraguada por el paso de miles de años habría que volar a la isla griega de Creta.

El antiguo Olivo de Vouves (Elia Vouvon) se encuentra en el pueblo de Ano Vouves. Aunque su edad exacta no se puede verificar utilizando radioisótopos ya que el tronco está hueco, los científicos de la Universidad de Creta han estimado que tiene 4.000 años. Se presume que este árbol apareció por primera vez en 1100 aC, en el período subminoico de la historia de Creta.

Su historia única e importancia ecológica han propiciado que Elia Vouvon fuese considerado “monumento del patrimonio natural” por el Secretario General de la Región de Creta. Junto a él se encuentra el Museo del Olivo de Vouves, que en años normales -coronavirus aparte- recibe visitas de 20.000 personas, impresionadas de su tamaño y el imponente volumen de su tronco, surcado de giros inusuales.

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https://twitter.com/tzoumio/status/1300711024279121921/photo/1

Los otros dos olivos más antiguos del mundo se encuentran, respectivamente, en el Líbano y en Israel. En concreto, en el pueblo de Bechealeh بشعلي) ه en el norte del Líbano puedes encontrar un grupo de dieciséis olivos de miles de años de antigüedad. Los lugareños suelen decir que estos árboles son la fuente de la rama de olivo que la paloma trajo a Noé después del diluvio, según las enseñanzas bíblicas. Están plantados a una altitud de 1.300 metros y todavía producen aceitunas.

También se cree que el árbol de al-Badawi en el pueblo de Al-Walaja en Belén tiene 4000 años. El tronco posee una increíble circunferencia de 25 metros. Mientras, en las ciudades de Deir Hanna y Arraba también destacan olivos de 3.000 años que todavía producen aceitunas.




miércoles, 2 de septiembre de 2020

Rolls Royce Ghost 2020: Máximo lujo y ostentación para este Sir inglés

 

A pesar de su tamaño y excesiva opulencia, el Rolls Royce Ghost es el modelo de acceso al catálogo de la firma inglesa. La primera generación del «Fantasma» nació en el año 2009 y con varias actualizaciones ha llegado hasta nuestros días. Sin embargo, debemos mencionar que este modelo resurgió para rendir sentido homenaje al mítico Silver Ghost de 1906. Ahora, la casa de Goodwood presenta su segunda generación.

Cuando Rolls Royce inició la campaña de teasers hizo un anuncio: el nuevo Ghost sería el más avanzado y tecnológico de su segmento. Además, no compartiría ningún elemento estructural, técnico o de acabado con su predecesor. Tan sólo habría dos excepciones a esta importante evolución: el Spirit of Ecstasy y los paraguas que se alojan en la parte interior de las puertas. Si quieres conocer en qué cambia, no te pierdas un detalle, te sorprenderá.

La principal evolución del Rolls Royce Ghost 2020 está en su frontal


Lo primero que impacta al ver al nuevo Rolls Royce Ghost es el tamaño de su carrocería. Alcanza los 5,55 metros de longitud, es decir, 9 centímetros más que su predecesor. La anchura crece en tres centímetros para alcanzar los 1,98 metros y la altura se queda en 1,57 metros. Pero el dato más llamativo tiene que ver con la distancia entre ejes que se sitúa en nada menos que 3,3 metros. Sin embargo, su diseño compensa a la perfección estas cotas.

El principal cambio en la fisonomía del Ghost lo encontramos en el frontal. Los responsables han apostado por mantener la verticalidad del conjunto, aunque han añadido unos grupos ópticos con tecnología Láser LED y una parrilla de gran tamaño. Este elemento mantiene le diseño y tamaño visto en otros Rolls. Por último, tenemos un paragolpes discreto que incluye una generosa toma de aire inferior que se extiende bajo los faros.

La vista lateral tiene un formato similar al del actual Ghost. Esto es, que cuenta con puertas traseras de apertura suicida. Para ayudar en la entrada y salida tienen sistema automático eléctrico que se activa al tirar de la maneta. Desde fuera, cuenta con un botón para que la puerta se cierre de forma automática. Por último tenemos la zaga. La caída del techo es más estilizada, como los grupos ópticos o paragolpes con doble salida de escape.

Interior de ejecución sublime y tecnología a la última


De puertas adentro la evolución del nuevo Rolls Royce Ghost es notable. Como era de esperar, las líneas básicas de diseño mantienen la elegancia y sobriedad que todo aficionado de la marca espera encontrar. Sin embargo, huye de las últimas modas imperantes en el sector. Esto es, que el salpicadero está estructurado en tres zonas bien diferenciadas a la par que mantiene los controles justos y necesarios.

Así, en la zona superior tenemos una pantalla central táctil para gobernar el sistema infotainment y los principales parámetros de conducción. La parte media está ocupada por las salidas de ventilación y los controles de acceso directo al sistema infotainment. Ya, en la zona baja encontramos los mandos físicos para regular la climatización.  Por último, y sobre el túnel central aparecen el selector del cambio y ajustes de la suspensión.

Tampoco podemos pasar por alto el cuadro de instrumentos digital configurable que ha tras el nuevo volante. A todo ello, debemos sumar un arsenal de ayudas activas a la conducción como alerta de peatones y fauna salvaje (diurno y nocturno), control de crucero adaptativo, cámaras 360º o alerta de colisión. Tampoco faltarán Head-Up Display, un hotspot WiFi, sistema de aparcamiento automático o la última tecnología en navegación 3D.

Otras novedades que llegan al Ghost son el sistema de purificación del aire interior (MEPS) o el sistema de sonido premium Bespoke Audio con 18 altavoces y 1.300 vatios. Todo, aderezado con hasta 100 kilos de material aislante para reducir el ruido exterior y de rodadura. Además, dispone del programa Bespoke de personalización que puede crear hasta un techo estrellado con más de 850 estrellas gracias a 152 LED´s.

Mecánica potente y soluciones técnicas de vanguardia


A nivel técnico, el Rolls Royce Ghost 2021 está basado en la plataforma de aluminio que da vida al Cullinan. Sin embargo incorpora elementos inéditos, como una suspensión denominada Magic Carpet Ride, un eje trasero direccional o un renovado sistema de tracción total a las cuatro ruedas. Otra de las novedades está en la suspensión neumática autonivelante que junto al sistema de dirección trasera mejora la maniobrabilidad del conjunto.
En cuanto a la oferta mecánica se refiere, el nuevo Ghost recurre al bloque 6.75 litros V12 Bi-Turbo con 571 CV de potencia y 850 Nm de par motor. Esta «bestia» está gestionada a través de una transmisión automática de 8 relaciones que le permite acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en 4,8 segundos. Además, firma una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora, cifras nada desdeñables para un modelo que pesa 2.500 kilos.

Fuente: Rolls Royce