Conceptos como “emprendimiento” e “innovación” se encuentran tan de moda actualmente que a veces algunas historias pasan desapercibidas, pero si vienen acompañados de conceptos como “sustentabilidad” y “ecología”, hay que poner un poco más de atención, ya que quizás sean intentos realmente valorables por cuidar el medio ambiente.
Luis Manuel Pérez es un mexicano e ingeniero químico de profesión, que luego de deambular por diversos trabajos y ejercer su carrera en empresas como Petróleos Mexicanos (Pemex) y KuriMexicana, además de impartir clases en la Facultad de Estudios Superiores de Zara goza de la UNAM, decidió abrir su propio negocio.
En 2005 creó Ultralim-Tensaktive, donde se dedicó a fabricar jabones en polvo “al estilo tradicional”, pero sus clientes no tardaron en pedirle modificaciones para mejorar el producto y poderlo usar para limpiar prendas y mobiliario de uso rudo.
Con sus conocimientos de química y con mucha dedicación, Pérez logró crear un detergente viscoso y translúcido a base de silicato de sodio, que resulta un agente limpiador más eficiente que los detergentes estándares elaborados con la sustancia dodecil bencen sulfonato de sodio (DBSS).
Pero no sólo logró un jabón más eficaz para sus clientes, sino que elaboró un producto más benévolo con el medio ambiente. ¿Cómo lo hizo?, en búsqueda de una nueva sustancia para sustituir el DBSS, se inclinó por algunas sales desengrasantes (o silicatos).
De esta forma creó una sustancia limpiadora elaborada a base de silicatos, sustancias abundantes en la corteza terrestre, más fáciles de obtener y, por lo tanto, más económicas que los petroquímicos que se usan en la fabricación de detergentes.
La nueva receta del éxito de su limpiador contiene 12% de silicato de sodio y menos de 0.05% de DBSS. Lo que hace al jabón más ecológico y más rentable, ya que la producción de los componentes derivados del petróleo implica mayor consumo de energía que en la producción de los silicatos.
Lamentablemente su acierto encontró techo al momento de buscar financiamiento para su negocio.
Luego de malas experiencias postulando a algunos fondos para pequeños empresarios, este mexicano decidio inscribirse en todos los concursos de innovación científica con los que se topaba. De esta forma, participó Recicla 2009 y Recicla 2010, organizados por Fundación Azteca; el Premio Tecnos, organizado por el gobierno de Nuevo León, y el Programa emprendedores, de la Universidad de Autónoma de Chapingo. Para sorpresa de muchos, obtuvo el primer lugar en todos estos concursos.
La historia de Luis Manuel Pérez es una muestra de que los sistemas que benefician estas iniciativas innovadoras, parecieran tener todavía algunos vacíos, por ejemplo, en ideas amigables con el medio ambiente, ya que ante los ojos incrédulos de los inversionistas, estas ideas son consideradas arriesgadas y poco fiables en su rentabilidad.
Esperemos que, para bienestar del planeta, existan más espacios y apoyo financiero para las innovaciones más amigables con el medio ambiente, para que no se potencie solamente un mercado competitivo que tenga como único fin las “utilidades”.
Fuente: Innovación a mano limpia: jabones ‘ecoamigables’ de un creador mexicano (CNN México)
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