Cada vez más nos encontramos que los genios son producto más de la practica intensa que del talento. Es probable que usted esté pensando que eso no es posible y si lo es seguramente piensa que eso no es con usted, sobre todo en lo relativo a los deportes. Ya que la práctica de un deporte cualquiera exigirá de usted recursos físicos que se van perdiendo a medida que se envejece.
Sin embargo, son cada vez más los investigadores que insisten en que el dominio de un oficio cualquiera requiere unas 10 mil horas de práctica.
De hecho ya hemos escrito varios post acerca de esa teoría. En pocas palabras y según los investigadores es posible construir cualquier habilidad o capacidad determinada en la misma forma sistemática que trabajamos un músculo: yendo más allá de la zona de comodidad y luego descansar.
Lo interesante de este tipo de teorías y estudios es que tenemos gran capacidad para influir en nuestros propios resultados.
Esto también tiene su lado desalentador y es que la práctica no solo es el ingrediente más importante en el logro de la excelencia sino que es la parte más difícil y lo menos intrínsicamente agradable.
Según las conclusiones del investigador Anders Ericson, que denomina a este tipo práctica, práctica deliberada.
Si usted quiere ser realmente bueno en algo, esto va implicar trabajar sin descanso yendo más allá de su zona de confort, junto con la frustración, la lucha, los reveses y los fracasos.
Eso es cierto siempre y cuando usted quiera ser el mejor en su área o mantener un alto nivel de excelencia.
La recompensa es que ser realmente bueno en algo se lo ha ganado a través de su propio esfuerzo y trabajo duro, lo cual puede ser muy satisfactorio.
Estas son las seis claves para alcanzar la excelencia, según la investigación de Tony Schwartz, que publica en los blogs de la revista HBR. Veamos
1. Persiga lo que le gusta. La pasión es uno de los motivadores más increíbles. Este combustible es la base de mantenerse enfocado, la resistencia y la perseverancia.
2. Haga la tarea más difícil primero. Todos nos movemos por instinto hacia las cosas que nos dan placer y no alejamos de aquellas que nos producen dolor.
La mayoría de las personas con altísimo desempeño, según ha encontrado Ericson, retardan la gratificación y asumen la tarea más difícil en las mañanas antes de hacer cualquier otra cosa. A esa hora es cuando se tiene más energía y menos distracciones.
3. Practique intensamente, sin interrupciones por períodos cortos de 90 minutos y luego tome un descanso.
Noventa minutos parece ser el tiempo máximo que puede aportar el más alto nivel de enfoque a una actividad determinada.
La evidencia es igual de fuerte con las personas de alto rendimiento cuya práctica de no menos de 4 horas y media al día.
4. Busque comentarios de expertos, en dosis intermitentes. Mientras más simple y más precisa sea la retroalimentación, mejor equipado estará usted para hacer los ajustes.
Demasiados comentarios, de manera continua puede crear una sobrecarga cognitiva, aumentan la ansiedad e interfieren con el aprendizaje.
5. Tome descansos regulares de renovación. Descansar después de un intenso esfuerzo no solo proporciona una oportunidad de rejuvenecer, sino que también contribuye a metabolizar el aprendizaje.
Es también durante el reposo que el hemisferio derecho se vuelve más dominante, lo que puede conducir a avances creativos.
6. Ritualice la práctica. La voluntad y la disciplina están muy sobrevalorados. La mejor manera de asegurarse de que hará las tareas difíciles es ritualizarlas.
Es decir hágalas en un tiempo y espacio especifico, casi que de forma mecánica, de esta manera usted lo hará sin tener que desperdiciar energía pensando que lo tiene que hacer.
Con información obtenida de Harvard Business Review, Agosto 2010
No hay comentarios.:
Publicar un comentario