Aunque la mayoría de los grupos de trabajo debiera desempeñarse de manera exitosa, en algunas ocasiones, la labor en equipo puede tornarse negativa y contraproducente.
El trabajo en equipo se ha descrito, en reiteradas ocasiones, como la mejor forma de alcanzar un objetivo trazado. Para muchos, constituye un conjunto de personas creativas, que puede alcanzar concordancia y cooperación, satisfacer más necesidades, lograr mayor rendimiento y eficiencia, y acelerar la toma de decisiones.
Si bien, la mayoría de los grupos de trabajo debiera -efectivamente- desempeñarse de forma exitosa, lo cierto es que en algunas ocasiones, la labor en equipo no consigue los resultados esperados y puede llegar incluso, a tornarse negativa y contraproducente.
Pero, si todos sus miembros son comprometidos, responsables y perseverantes, ¿qué es lo que ocurre cuando un equipo de trabajo no funciona? Según los especialistas, uno de los principales motivos estaría relacionado con el grado de notoriedad individual que busca generar cada uno de sus integrantes.
“Un ejecutivo competente sólo funcionará bien en equipo, si es que siente y piensa que alcanzará su propio éxito a través del éxito del equipo. Pero, si el entorno está diseñado para que cada uno de ellos sienta que su éxito depende de que sobresalga en contra de los demás miembros, entonces, la conducta predominante será la competencia y la ausencia de colaboración, con rasgos probables de envidia y rivalidad”, explica Luis Felipe Calderón, académico de la Universidad Esan.
En la misma línea, María Virginia Lassio, directora de Espae-Espol, sostiene que aquellos equipos que tienen miembros “destacados” no consiguen realizarse, debido a que éstos no desean perder su posición de poder o protagonismo...
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