Los ultraligeros facilitan la movilidad y el transporte, pero su función es la de complemento, no sustituto, de un ordenador convencional
Su precio no supera los 400 euros, su peso apenas pasa el kilogramo y sus dimensiones son tan reducidas que caben en un bolso o un maletín. Estas características hacen que los pequeños ordenadores ultraligeros, conocidos también como ordenadores baratos, atraigan la mirada de un número creciente de usuarios. Por sus prestaciones, recuerdan a los teléfonos inteligentes del tipo Blackberry o iPhone, aunque son de mayor tamaño, lo que facilita su escritura, el tratamiento de documentos, envío de correos o la descarga de vídeos. Incluso son compatibles con los servicios de voz por Internet para efectuar llamadas telefónicas. A través de la webcam se pueden mantener videoconferencias desde un banco del parque o la parada del autobús.
Sus posibilidades como alternativa a los teléfonos de última generación son tales que hay operadoras de telefonía móvil que los venden junto a un dispositivo de acceso a Internet por las redes 3G, los conocidos como módem USB. Siempre que se adquiera uno de ellos hay que valorar el tipo de tarifa de datos que se desea, el precio por Megabyte extra descargado o los contratos de permanencia que vinculan al cliente. Otra de sus características más importantes es su elevada conectividad, lo que permite su utilización durante los viajes y estancias fuera de casa o la oficina, como los hoteles vía wifi. Son, por tanto, una excelente alternativa para saltarse el roaming de las llamadas desde el extranjero, y no pagar las abusivas tarifas de los servicios de habitación por una hora de conexión a Internet. Pero no todas las prestaciones están enfocadas al trabajo. Las posibilidades de reproducir vídeo y música convierten a estos aparatos en centros multimedia portátiles.
No como ordenador principal
Más allá de las ventajas descritas, estos pequeños y funcionales dispositivos son un complemento, no un sustituto, de un ordenador de sobremesa o un portátil convencional. Su reducido volumen sólo se consigue a costa de no incluir muchas de las capacidades habituales en el resto de ordenadores. Su memoria es limitada, dado que el disco duro es una de las partes más pesadas y caras de un ordenador, de ahí que disminuya la capacidad de almacenaje en estos ultraligeros. El emblemático EeePc de Asus contiene en su versión básica sólo cinco Gigabytes de capacidad. Es verdad que otros cuentan con 16 Gigabytes, incluso 60, pero a cambio de disparar el precio.
Tampoco el tamaño de su pantalla y de su teclado invitan a un uso constante y continuado. La superficie de la pantalla ronda las ocho pulgadas en la mayoría de los casos, superior a las tres pulgadas de un móvil, pero menor que la de un portátil común (14 pulgadas). Estas características inciden en la navegación, que se vuelve incómoda y obliga a mover el botón de 'scroll' (subir y bajar) de manera constante para ver la pantalla completa. Aunque escribir un texto corto, enviar un correo electrónico o adelantar trabajo en un tren son funciones abordables a la perfección por estos dispositivos, no se recomienda su uso diario y continuado, tanto por los errores de escritura motivados por el reducido tamaño del teclado como por cuestiones ergonómicas, ya que se fuerzan las muñecas.
Otras limitación adicional es su procesador de 1,6 Gigaherzios, que impide gestionar con rapidez gráficos complejos como los de los videojuegos y sus sistemas operativos. En estos casos utilizan distribuciones de GNU/Linux adaptadas que abaratan el precio del ordenador, aunque son incompatibles con numerosos tipos de impresoras y otros periféricos.
Si bien disponen del sistema operativo Windows XP, con mejores resultados que el actual Windows Vista, no se desarrollan las actualizaciones de los principales programas. De ahí que cada vez se puedan bajar menos programas de la Red para XP, lo que supone un gran inconveniente, puesto que la tendencia es que el usuario enriquezca su ordenador con las ofertas que se le hacen desde Internet.
Aspectos a valorar en la compra de un portátil ultraligero
Asumido su valor auxiliar, los factores que contribuyen a acertar en la compra de un portátil ultraligero son:
- La conectividad: Deben tener como mínimo dos puertos USB para poder conectar con un disco duro externo, dada su limitada memoria, y un ratón, ya que su dispositivo táctil no es cómodo de usar. También deben disponer de conectividad wifi y, si puede ser, vía puerto Ethernet.
- El peso: Mientras no supere los 1,3 kilogramos, el aparato es cómodo de transportar.
- El tamaño: Debe ser similar al tamaño de un estuche o un bolso de señora de mano, para que quepa en todos los lugares.
- Autonomía de la batería: La media se sitúa en las tres horas de duración a pleno rendimiento y con el detector de redes wifi encendido. Es recomendable asegurarse de que no baja de las dos horas y media, lo que dura un viaje en AVE. Hay que tener en cuenta que lo que más consume batería es la conexión wifi y el visionado de vídeos.
- Tipo de memoria: Cuanto mayor sea la capacidad del disco duro, mejor. El problema es que el precio se puede disparar. Cada usuario debe valorar si le merece la pena adquirir modelos de 60 Gigabytes que cuestan 150 euros más, ya que por ese precio se pueden comprar discos duros externos de menor peso y hasta 100 Gigabytes de capacidad de almacenamiento.
- Programas por defecto: Hay que comprobar que el ordenador se vende de serie con suficientes programas, como un navegador, un procesador de textos o un reproductor multimedia, porque el fabricante se limita a introducir el mínimo imprescindible. El resto de programas se pueden conseguir por Internet, pero hay que saber dónde encontrarlos. Es importante descargar sistemas antivirus. El programa Antivir es el más recomendable.
- Entradas de audio y vídeo: Si se desean realizar llamadas por Internet y videoconferencias, es necesario que el ordenador disponga de una webcam instalada y el ordenador incluya entrada de audio por micrófono y salida por altavoces.
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