Las empresas tienen un compromiso de soporte o apoyo en el progreso de las personas. No únicamente contribuyen a la experiencia y ciertas destrezas técnicas profesionales, sino también transfieren cultura y valores. Su reto es asumir la responsabilidad de formar equipos.
El arte de educar, formar y preparar a las personas, se da a través de un proceso constante de desarrollo del comportamiento, adquisición de conocimientos y motivación, con la finalidad de optimizar la adecuación a su labor. Revelar posibilidades de mejora y desarrollo en las personas, concebir inquietudes, hacer que todos se sientan estimados en su trabajo, es un desafío para las empresas que quieren cautivar, gestionar y sobre todo conservar recursos humanos talentosos.
Es por ello, que por sí la palabra "equipo" envuelve la inserción de más de una persona, lo que representa que el objetivo trazado no puede ser alcanzado sin la asistencia de todos sus miembros, sin excepción. Es como un juego de béisbol: todos los integrantes del equipo deben colaborar y estar a la par para poder ganar. El beisbolista no puede jugar por sí solo, tiene que tomar en cuenta el hecho de que forma parte de un equipo. El trabajo en equipo no es sólo una reunión de un grupo de personas, significa mucho más.
Trabajo en equipo
El trabajo en equipo requiere de compromiso por parte de cada uno de los integrantes, así como de estrategias o planes que lleven a alcanzar una meta en común. Por lo tanto, es necesario que se establezca un liderazgo efectivo que guíe al equipo y mantenga la armonía en éste.
Estudiando un poco el pasado, se observa que en la antigüedad se creía que el hombre era un animal, que vivía en grupos sociales, como táctica vital para la supervivencia, anteriormente existían depredadores naturales que ponían en peligro la existencia del “hombre”, en aquel entonces ya existía un líder encargado de dirigir al grupo, donde se establecían distintas labores que eran llevadas a cabo por sus miembros, lo que contribuía en la supervivencia.
En conclusión, para desarrollar un buen trabajo en equipo se debe tener en cuenta los valores y establecer una buena comunicación entre los miembros, comprometerse colectivamente con el objetivo a lograr, tener conciencia de la importancia y relevancia de cada uno de los integrantes del equipo.
Según Silvia Stamato, “No se trata de callar las diferencias ni ocultar las discrepancias, sino de conocerlas en profundidad y saber aprovecharlas para el enriquecimiento del grupo. Si comprenden la personalidad de los “otros”, los integrantes de un equipo podrán comunicarse entre sí más fácilmente y trabajarán juntos sin problemas”. Desde esta visión del grupo, se verá a los demás como “nosotros” y no como “aquellos con los que tenemos que trabajar”.
"Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos". Mahatma Gandhi.
Via: Venelogia