Por Nelson Hernandez
La humanidad para generar electricidad utiliza más del 35 % de la energía total que consume. Esto tiene sentido, ya que la sociedad moderna tiene basado su desarrollo en el uso de la electricidad. En otras palabras, el mundo actual no se concibe sin el uso de la electricidad.
Para satisfacer la demanda eléctrica que se presento en el 2009, y que alcanzo los 20.1 Tera Kwh, el mundo utilizo una capacidad instalada de 4565 GW. De estos, 66.7 % son unidades que utilizan como base los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Los restantes 1520 GW (33.3 %) están asociados a los que podemos llamar no fósiles, o en el mejor de los casos, no emisión de CO2 (gas de efecto invernadero).
Si consideramos al gas natural, el fósil con menor emisión de CO2 al quemarse, podemos indicar que el 58.2 % de la capacidad instalada para generar electricidad se hace con unidades amigables al ambiente.
La generación con unidades que no emiten CO2 totalizan 1520 GW. De estos, el 58.1 % son hidroeléctrica; 25.6 % nuclear; 10.6 % eólica; 1.6 % solar; 0.8 % geotermal y 3.3 % biomasa.
Aunque la participación de las capacidades no fósiles aun es pequeño, es bueno recalcar que la solar, eólica y geotermal, han experimentado un crecimiento interanual desde el año 2000 de 36.2 %; 27.1 % y 3.1 %, respectivamente.
En el 2009, la emisión de CO2 alcanzo 31.1 millardos de toneladas métricas (8.5 millardos de toneladas métricas de CO2e), 1.1 % menor que la emisión correspondiente al año 2008.
Por lo anterior, es necesario intensificar el desplazamiento de las energías fósiles en la generación de electricidad de tal manera de mitigar la emisión de gases de efecto invernadero, lo cual garantiza la continuidad de la vida en el planeta tierra