jueves, 21 de agosto de 2014

Así es la cultura de la basura en Japón

Es una cuestión de gobiernos o meramente cívica que en países como Japón el 90% de los desechos estén perfectamente clasificados y programados para su recolección y reciclaje?

Qué ironía (y vergüenza) que mientras las noticias sobre algunos países en el pasado Mundial de Fútbol eran peleas y malas costumbres, las deJapón eran sobre sus aficionados recogiendo su basura después del partido. A nosotros, los occidentales consumistas nos parece un acto hasta heróico, pero ¿qué lo hace tan especial? Que no todos somos capaces de hacer sencillas acciones para ocuparnos de los desechos que generamos.
Monserrat Loyde, una mexicana que reside en Japón explica que la razón principal de que Japón sea limpio es la educación que se recibe desde la infancia (tanto en escuelas como en hogares) sobre el comportamiento ante la basura.
Así que esto no fue un plan para llamar la atención de los medios, pues en Japón es una práctica normal. Y no, tampoco tiene que ver con el pretexto de que no haya botes de basura en espacios públicos, pues Japón tampoco tiene. La diferencia es que Los japoneses no comen mientras caminan en la vía pública, no hay puestos ambulantes (salvo en festivales especiales) y los pocos residuos que producen los llevan hasta su casa para depositarlos en sus propios contenedores.
En las tiendas de conveniencia sí hay basureros para papel o envolturas, botellas de vidrio, plástico o lata de los productos ahí comprados y consumidos. Las maquinas de refrescos tienen su propio basurero, y la gente no pone ahí basura diferente a botellas.
Separación de residuos (cc) Daniel Calonge / FlickrSeparación de residuos (cc) Daniel Calonge / Flickr
En el metro también se pueden ver pequeños basureros pero sólo para revistas o periódicos, papel y envolturas pequeñas, latas, botellas de vidrio y plástico. Los envases de plástico, cartón o unicel se pueden tirar en contenedores de los supermercados siempre y cuando estén limpios.

Cómo se separa y recoge la basura

La normativa obliga a que un simple recipiente de crema se divida de la siguiente manera: la tapa es combustible, pero el resto es incombustible. Si es una crema natural o bio, hay que quitarle el papel que le rodea. Luego, hay que separar las piezas, lavarlas, secarlas y clasificarlas.
Las bolsas donde se guarda la basura también tienen normas, se han retirado las bolsas negras comunes y se han sustituido por otras semitransparentes que, al incinerarse, lanzan al aire menos toxinas. En los 23 distritos que integran la capital dichas bolsas deben ser las reglamentarias y haberse comprado en supermercados o grandes almacenes. Si son diferentes por haberse adquirido en otra jurisdicción, la municipalidad no las recoge y a ver qué haces con ellas.
Aunque todos estos requerimientos tienen algunas variaciones dependiendo del distrito en el que te encuentres, todos exigen lavar las botellas de plástico y cristal, retirar las etiquetas, enjuagar los empaques de cartón, así como doblarlos y apilarlos para que ocupen menos espacio. Para que los habitantes estén enterados de cómo se separa correctamente la basura, les son entregados manuales con las especificaciones.
Separación de basura en Japón (cc) misskoco / FlickrSeparación de basura en Japón (cc) misskoco / Flickr
También existe un límite de medida de la basura que puede tirarse dentro de las bolsas que se compran. Si ese límite se excede, un día al mes, previa cita por teléfono, el basurero pasa a una hora especifica para recoger la basura especial, la cual debe llevar el nombre, la dirección y el comprobante del impuesto pagado. Por ejemplo, todos los aparatos electrónicos, muebles, bicicletas o fierro entran en esta categoría especial. En el caso de la ropa usada, se mete en los contenedores lavada y seca. Nada de bolsas chorreantes haciendo un oloroso caminito de lixiviados en la banqueta.
Otra cosa, el camión de la basura es especial para cada tipo de resíduos, esto porque los tritura in situ, al momento de recogerlos. Así pueden pasar directamente a las plantas de reciclaje. Para incentivar estas prácticas se han implementado sistemas de reciclaje con base en la utilización de una tarjeta de chip. En dicha tarjeta, por cada botella de plástico se abonan puntos. Cuando juntas 1.000 puntos, el establecimiento está obligado a canjearlos por descuentos. Algo así como las máquinas que alimentan a perros cuando reciclas botellas de PET o las que te dan acceso al transporte público a cambio de latas y botellas implementados en algunas ciudades.
Si no te quedó muy claro, este vídeo de 2011, hecho por Sandyael Mikoku te lo explica de otro modo:

Otra forma de pensar

Claro que no todas las calles de Japón son un paraíso, pero el esfuerzo que hacen por mantener sus espacios limpios es admirable. Mahatma Gandhi decía que:
El amor es la fuerza más grande del universo, y si en el planeta hay un caos medioambiental es también porque falta amor por él. Hay suficiente en el mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para satisfacer su codicia.
Es ahí cuando nos damos cuenta que la diferencia cultural y de educación es abismal. ¿Por qué no intentar cambiar esto, por qué no intentamos comprometernos, no con el mundo, no con el país, sino con nuestro espacio y con nosotros mismos? Esa calle que diario transitamos, ese parque en el que vamos a correr, la oficina o simplemente con nuestra casa. El solo hecho de separar la basura (y lavarla), no tirar envolturas y plásticos en la calle, reutilizar los envases que nos sirvan y cumplir con las normas necesarias para un mejor control del sistema de recolección de basura en nuestras ciudades.

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